El regreso de RBD
El grupo pop más grande de Latinoamérica rompe sus 15 años de silencio
Dulce María recuerda aquellos días locos, por allá en el 2006, cuando ella y los otros cinco miembros adolescentes de RBD terminaban de grabar su telenovela en el foro de Televisa a las 4 de la tarde. De ahí los recogía un helicóptero, volaban a un aeropuerto privado, luego a otra ciudad, y finalmente iban directamente a alguna arena, donde cantaban y bailaban por dos horas o más. Después, era de regreso al hotel, donde, si había tiempo, ensayaban o grababan algo de música.
Al día siguiente, lo hacían todo otra vez.
“Era estar en una montaña rusa que no para”, dice Dulce María hoy. “No puedes asimilar ni lo bueno, ni lo no tan bueno, hasta que paras y es, ¡ah!”
Todo paró el 22 de diciembre de 2008, cuando RBD, quizás el grupo de pop latino más exitoso de todos los tiempos, dio su último concierto en Madrid.
Al final, dice su mánager, Guillermo Rosas, “todo el mundo quería que se acabara”.
Pero no se acabó. Quince años después, cinco de los seis miembros originales de RBD han vuelto a subir al escenario en lo que parece ser una de las reuniones musicales más monumentales de la música latina.
El 25 de agosto, Anahí Puente, Dulce María Espinoza, Christian Chávez, Maite Perroni y Christopher von Uckermann (el sexto RBD original, Alfonso “Poncho” Herrera, no participa en el reencuentro) empezaron su gira Soy Rebelde, con 54 conciertos programados en estadios y arenas de Brasil, Colombia, México y Estados Unidos.
Había tanta emoción alrededor de la gira, que se vendieron 1,5 millones de boletos en las primeras 24 horas, según Live Nation, la misma cantidad que RBD vendió en los 150 shows reportados a Billboard Boxscore entre el 2 de diciembre de 2005 y el 21 de diciembre del 2008.
“Ha excedido mis expectativas, es enorme”, dice Hans Schafer, SVP de giras globales para Live Nation.
Además, este mes el grupo lanzó “Cerquita de ti”, su primera canción en 15 años; está trabajando en un álbum, y pronto se anunciarán nuevas fechas para el 2024.
Con tanto éxito, ¿por qué no se habían reunido antes?
Un tema de derechos
La raíz de todo está en los derechos al nombre RBD, que incluyen su música. Anahí, Dulce María, Christian, Maite y Christopher (todos usan sus nombres de pila como nombres artísticos) entraron a formar parte del elenco de la telenovela mexicana Rebelde en 2004.
Rebelde contaba las aventuras de un grupo de estudiantes de una escuela de música que formaba una banda, RBD. La telenovela era producida por Televisa, que a su vez licenció el formato de la productora argentina Chris Morena, que lo creó, y de la distribuidora y productora global Dori Media, que ayudó a desarrollarlo. De la telenovela argentina original, Rebelde Way, se desprendió el grupo Erreway.
Ambos fueron exitosos, pero Rebelde y RBD mucho más. En su corta carrera, el grupo colocó tres álbumes en el No. 1 del chart Top Latin Albums de Billboard y un No. 15 en el Billboard 200. De sus 10 entradas en Hot Latin Songs, cinco fueron top 10 y una, “Ser o parecer”, alcanzó el No. 1.
“Antes nos encontramos como resultado de una audición; esta vez es una elección”
—Maite Perroni
Pero el éxito llegó con gran sacrificio y poca remuneración para sus jóvenes integrantes. Estaban bajo contrato con Televisa y todos sus derechos, incluyendo sus grabaciones, giras y productos, estaban atados a esos contratos, que les daban un salario, pero no regalías.
Cuando Rosas, que hoy es su mánager, empezó a trabajar con RBD, era un promotor joven que vio el potencial internacional del grupo y pagó a Televisa por los derechos para llevarlos de gira fuera de México. Su primer show en el extranjero fue en el Coliseo de Los Ángeles, donde vendieron 70.000 boletos. La relación se afianzó, y cuando Rebelde, la serie, terminó y sus estrellas se separaron, Rosas se mantuvo en contacto. Empezó a manejar a Anahí y Christian y también trabajó de cerca con Christopher.
Se quedó con la idea de juntar al grupo nuevamente, y lo hablaba a menudo con su amigo Hans Schafer, otro joven promotor de conciertos.
Hace unos siete años, cuenta Rosas, empezó a hablar en serio con el grupo. Estaban interesados, pero cada uno tenía su propia vida y agenda, y los derechos del nombre RBD eran un lío. Tanto que su música ni siquiera estaba disponible en las plataformas digitales.
La música de RBD se había grabado bajo EMI Music, que posteriormente fue comprada por Universal Music Group en el 2012. Sin embargo, la licencia del nombre nunca fue renovada, entonces la música no estaba disponible.
Las cosas cambiaron cuando Rosas, a través de su actual compañía, The Sixth House, lanzó una alianza con Unviersal Music Latin Entertainment.
“Ya no era solo el mánager del proyecto RBD sino alguien que podía hablar con más autoridad”, dice Rosas. Finalmente, el 4 de septiembre de 2020, la música de RBD llegó por primera vez a las plataformas de streaming. Emocionados con la ocasión, y preocupados por la pandemia, el grupo se juntó por Zoom para “ver qué podíamos hacer para darle algo a la gente. Algo muy genuino”, dice Dulce María.
La conversación avivó el deseo de la reunión, pero esta vez el modelo de negocios era claro: los cinco miembros y Rosas serían socios a partes iguales. Todavía se tendría que pagar regalías a los dueños originales del nombre RBD, pero más allá de eso, las ganancias, incluyendo las de la música, se repartirían de manera equitativa.
“Parecía imposible, como lo dice ahora nuestro nuevo sencillo. Pero aquí estamos, lo logramos”.
— Anahí
Una vez que se hizo realidad la idea de la gira, Rosas buscó a Schafer, que ahora estaba en Live Nation.
La gira más exitosa
RBD fue el primer artista o grupo latino en usar el sistema Registered Fan de Ticketmaster, que permite a los fans registrarse por adelantado para comprar boletos, y el potencial de la gira fue inmediatamente obvio.
“Apuesto que esta será la gira latina más exitosa de este año en cuanto a ganancias y venta de boletos”, dice Schafer. “Están batiendo récords en múltiples territorios. Es espectacular”.
El grupo tiene muy presente la importancia del momento.
A comienzos del mes, durante un descanso en sus ensayos en el Galen Center de Los Ángeles, nos sentamos a hablar con Anahí, Dulce María, Christian, Maite y Christopher en su primera entrevista presencial como RBD en 15 años.
Todos estaban vestidos con uno de sus atuendos de la gira, llenos de brillo, lentejuelas y hombreras, con esa onda de los 2000 y esa vibra positiva y optimista que siempre fue característica de RBD.
“Los cinco tenemos personalidades súper distintas, y con los años hemos aprendido a abrazar nuestras diferencias”, dice Maite. “Pero al final cuando nos unimos […] se vuelve algo que ni nosotros mismos podemos entender”. La gran diferencia, agrega, es que “antes nos encontramos como resultado de una audición; esta vez es una elección”.
Han pasado 15 años. ¿Están nerviosos?
Christian: La verdad hemos pasado por todas las emociones. Desde que empezaron los ensayos pasamos por la parte en la cual dijimos, “Ay no, ya no podemos cantar y bailar al mismo tiempo”. Lo dejamos de hacer tanto tiempo que fue complicado al principio. Y la verdad es que cada uno tenemos personalidades completamente distintas. Entonces esta vez lo estamos haciendo ahora sí bajo nuestros estándares, bajo las cosas que nos gustan a nosotros. Es una forma hermosa de volver a este proyecto que nos dio tanto a todos, pero desde la madurez (se ríe), con mucha más experiencia de vida y mucho más conscientes de lo queremos mostrarle al público.
Muchas personas que los van a ver ahora los vieron hace 15 años. ¿Cuáles son las diferencias notables en el show?
Christopher: En el escenario toda la parte creativa es un upgrade en todo sentido. Los temas [nuevos], que todos somos parte de las composiciones. Los bailarines. Nunca tuvimos bailarines en el pasado, entonces creció muchísimo el show. Es algo mucho más cuidado, y es una cosecha nuestra. La gente va a tener la parte orgánica de lo que era RBD, pero con esta parte que eleva todo.
¿Cuál es la huella personal de cada uno en esta gira?
Maite: Ya de entrada los cinco tenemos personalidades súper distintas, como dijo Christian. Y en el escenario lo puedes ver, porque podemos disfrutar cada uno desde su lugar, desde su estilo, su personalidad, pero juntos es que existe esa magia. Y nos hemos involucrado todos en el proceso creativo, de diseño, de todo lo que vamos a compartir en este show. Y otra cosa que quiero complementar, de qué hay de diferente: antes nos encontramos como resultado de una audición; esta vez es una elección.
RBD es algo que creció explosivamente. ¿En qué momento se dieron cuenta de que esto era enorme?
Dulce María: Hubo dos momentos. Fuimos a tocar al Zócalo en la Ciudad de México, cantamos las canciones y la gente se volvió loca. Me acuerdo que nos sacaron en ambulancias y patrullas. Realmente ahí nos dimos cuenta, porque estábamos grabando de lunes a sábado prácticamente, y no salíamos del foro. Ese día que salimos nos dimos cuenta que estaba pasando algo muy grande afuera. Y el segundo momento, internacionalmente fuimos a tocar en Colombia, en Bogotá, que fue una locura de 50.000 personas. Y en Brasil, que fue el primer lugar que fuimos que hablaban otro idioma, y era una euforia total. Bueno, ¡es que fueron muchos! Incluso este, yo creo que es un momento que nos sigue sorprendiendo.
Salieron los tickets y se vendieron como pan caliente. Me imagino que también había un poquito de ansiedad con respecto a las ventas…
Anahí: La verdad es que a todos nos sorprendió mucho. Creo que lo más bonito que podemos contarles es que los cinco iniciamos esto con todo el corazón, con el alma puesta en regresar, en estar juntos, y no sabíamos qué iba a pasar realmente. No sabíamos si íbamos a vender 10 boletos, 20 boletos o los millones de boletos que gracias a todos ustedes hoy son este tour. Y creo que cuando haces las cosas así, sin pensar en realmente otro tema que no sea el amor absoluto que le tenemos a estar juntos, es cuando las cosas fluyen. Como bien lo dijo Maite, esa magia solo pasa estando juntos. Y que hoy, me quedo chinita (con la piel erizada) de solo decirlo, nos vamos a volver a encontrar, volvemos a estar juntos, nuestras almas vuelven a brillar juntos.
Como dijo Maite, antes fue una audición, esta vez una elección. ¿Cómo fue el proceso de la reunión?
Anahí: El entusiasmo, el amor y el cariño de nosotros cinco estaban completamente puestos en lograrlo y hacerlo. Pero de pronto unas cosas nos lo complicaban. La pandemia, cuando hicimos lo del virtual, Dul (Dulce) estaba a punto de nacer su bebita preciosa, María Paula que la amo. Para todos no es secreto, yo me retiré un poco, por así decirlo, he estado muy alejada del medio. Mai (Maite) se casó. Y de pronto las cosas se empezaron a dar, y empezaron a fluir de una forma que yo creo que ni planeándolo se hubiera dado de tal forma. Parecía imposible, como lo dice ahora nuestro nuevo sencillo. Pero aquí estamos, lo logramos.
Me dicen que las conversaciones en serio empezaron hace siete años en una reunión en casa de uno de ustedes. ¿Cuál es la historia?
Christian: Hubo varios intentos. Fue en la pandemia como que nos nació esta onda de qué podemos hacer para regresarle algo a la gente, para darle felicidad, para darle consuelo a la gente. Y ahí lo empezamos a platicar.
Poncho no está con ustedes, obviamente. Pero RBD funciona como quinteto…
Christian: Creo que nos hemos dado cuenta que RBD es más allá de sus integrantes. Y creo que eso es lo que hace que sea una fuerza tan magnética. Nosotros antes pensábamos que teníamos esta necesidad de, “sin los integrantes no existe RBD”. Y la verdad es que RBD…
Anahí: …es RBD.
Christian: Obviamente queremos mucho a Poncho y le deseamos lo mejor y le agradecemos que siempre nos tire buena vibra cada vez que le preguntan sobre nosotros. Pero la verdad es que estamos más enfocados en esta etapa en dar todo a RBD, que para nosotros es como si fuéramos Los Ángeles de Charly. Charly es RBD.
Dulce: También creo que es un ciclo. Nosotras ya somos mamás. Estamos haciendo muchos, muchos — un esfuerzo y un sacrificio diferente al de antes. Pero estamos aquí, como decimos, por amor en teoría para cerrar un ciclo con la gente y con nosotros. Al final de cuentas, creo que RBD es eterno. Y como siempre hemos dicho, Rebelde va a dejar de existir hasta que el último corazón rebelde exista.
Como mamá, me encanta que sean mamás y estén de gira, y que incorporen la familia. ¿Tengo entendido que esta gira viaja con kínder a bordo?
Anahí: Total. En los camerinos hay un playroom (sala de juegos) porque aquí tenemos los R-bebés. Por supuesto nuestros hijos son lo más importante para las tres y sin ellas no estamos completas. Bueno, yo tengo un poquito más el problema, por así decirlo, que ya están en la escuela. Manuel, mi hijo, ya tiene seis años y no puede faltar tanto a la escuela. Gracias a Dios tengo un esposo increíble, un superpapá que va a estar yendo y viniendo los fines de semana para que yo esté cerca de mis hijos. Dul, María Paula es chiquita, todavía puede estar más. Pero vamos a tener un camerino para ellos, un playroom para que estén jugando y la pasen súper bien. Y Lía es una bebesita de dos meses.
Maite, ¿Lía tiene cuna en tu camerino?
Maite: Sí. La verdad es que es una etapa muy linda también el poder vivir esta experiencia, pero también es difícil, también es retadora. Con Lía, yo saliendo de aquí corro a ella y antes de llegar aquí no me le desprendo un segundo y es lo más importante de mi vida. Entonces el saber que ella está bien, bien cuidada, me permite a mí también libremente poder disfrutar de esta, que es sin duda de las mejores experiencias de mi vida, si no la mejor de todo lo que hemos vivido y compartido. Vale la pena todos los movimientos que esto implica y el apoyo de nuestras familias.
Anahí (hablando a Christian entre risas): Y de los tíos que aguantan los gritos de mis hijos cuando ya los tienen hartos.
En RBD parte 1, a ustedes les decían qué hacer y tuvieron que sacrificar mucho en términos de vida personal. ¿Pudieron poner ahora sus propias condiciones?
Maite: Es que desde el punto de vista en el cual nosotros estamos construyendo esta nueva etapa no teníamos que poner condiciones. Teníamos que ir juntos, de la mano, a construir lo que hoy es mejor para todos.
Se debe sentir muy diferente. Cuando RBD estaba sucediendo, creo que como muchos no me di cuenta lo duro que era para ustedes. Estaban en un contrato muy limitante. Cuando miran atrás, ¿piensan “qué difícil fue”?
Anahí: Pienso que hay que verlo desde el agradecimiento todo. Porque todo lo que vivimos nos lleva a quienes somos hoy, que podemos organizar hoy nosotros como los dueños de nuestro proyecto. Si no hubiéramos pasado por todo aquello, no estaríamos hoy [aquí] sentados. Estamos aquí con lo que somos hoy, con corazones que sanaron, que pasaron por mucho, y que lo que no hemos terminado de sanar lo sanamos juntos agarraditos de la mano.
¿Cuál fue la lección más grande, en términos de negocio, que aprendieron en esa etapa?
Christian: Cada uno ha aprendido cosas, pero creo que no tomarse las cosas personales. Esto es una carrera y un negocio, y a veces las cosas funcionan y a veces no. Y cuando trabajas con adolescentes, trabajas con muchos arquetipos, pero al mismo tiempo con inseguridades que existen dentro de cada uno. No es lo mismo ser famoso una vez que ya pasaste la etapa de tu adolescencia, de tu juventud. Y sobre todo, aquí tenemos a tres niños artistas: Christopher, Anahí y Dulce empezaron desde los cinco años. Es una vida completamente distinta.
Christopher, tú ya tenías experiencia, pero aun así debe haber sido difícil darse cuenta, por ejemplo, de que no te entraban regalías por ventas de productos.
Christopher: Es un proceso que muchos artistas viven. Más de lo que la gente piensa, porque el artista crea. [Ahora] estamos creando esto, somos socios. Y partiendo por ahí te da la libertad de crear en todos los procesos. Pero todo lo del pasado nos ayudó a llegar a este punto. Y en mi caso, que llevo trabajando desde niño, para mí ha sido una evolución el decir, “¿Qué le quiero decir al mundo?” Y que lo que hago no sea un producto banal sino, ¿qué puedo sumarle a la gente?
Dulce: En ese momento no pensábamos en eso. Estuvimos cinco años trabajando, y era como estar en una montaña rusa que no para. Y como no para, no te das cuenta de nada. No puedes asimilar ni lo bueno, ni lo no tan bueno, hasta que paras y es, “¡Ah! Pasó esto y esto y esto”, y entonces lo empiezas a asimilar. Y creo que fue tan fuerte que por eso a lo mejor todos decíamos: “No creemos que sea posible que haya un reencuentro”. Y bueno, en mi caso también llegó un punto que dije no. Viví tanto tiempo en esto que, se hacen muchos sacrificios, como bien decías hace rato. Sacrificios de dejar tu familia, de estar lejos de muchas cosas porque esta carrera es muy demandante. Y yo decía, me da mucho miedo volver, porque te quita de tu lugar seguro, de tu refugio que es tu casa, tu familia. Gracias a Dios ahora estamos juntos y es como estar también con familia. Con hermanos que nos queremos, nos apoyamos.
Antes tenían muchos límites. ¿Ahora realmente pueden crear lo que quieren?
Dulce: Todos tenemos una historia diferente, una historia que contar, algo que puede inspirar a la gente. Ahora que nos pudimos involucrar en el proceso de la composición de canciones — “Cerquita de ti”, que es la canción que acaba de salir de Christopher y otros compositores muy talentosos — eso es algo hermoso, por ejemplo. Porque queremos decir cosas. Y ahora podemos decirlas también aquí, en el show, en las pantallas.
Maite: Definitivamente son etapas diferente y sí es importante regresar al punto que en ese momento éramos un grupo de jóvenes con ilusiones y sueños y RBD se volvió la plataforma para poder hacerlos realidad. También, hablar de nuestros temas del pasado nos hacer ver cómo 20 años después seguirle cantando al amor no está fuera de moda. Porque el pop no ha muerto, no más quizás no había quien lo pudiera cantar.
También siento que uno de los éxitos de RBD es que siempre cantaron sobre cosas positivas, afirmantes.
Anahí: Eso es algo que RBD siempre ha llevado como una bandera. Como lo decía muy bien Dulce, la unión, el amor, el creer en tus sueños, el no parar nunca, el salvarnos, porque de alguna u otra forma juntos hemos salvado nuestros corazones de momentos donde nos hemos roto un poquito. Nosotros cambiamos, el tiempo pasa, el tiempo es cruel (risas), pero nosotros seguimos llevando la bandera que siempre va a ser RBD.
Hablemos de la moda de esta gira. ¿Qué estaban buscando?
Christian: Cada uno quería representar lo que somos. Yo pasé por este proceso de mi sexualidad y no había tenido la oportunidad de poder ser yo en el escenario completamente. Había siempre como un miedo detrás o una inseguridad de qué van a pensar de mí si me pongo esto o lo otro. Y para mí es hermoso, y también es maravilloso para Christian niño y adolescente, que de pronto le gustaba algo más femenino y se lo quería probar o se lo quería poner y en ese momento no lo hacía porque le decían que estaba mal, o porque sabía que iba a perder seguidores. Y es como celebrarme a mí mismo. Celebrar a ese niño y decirle, “Ve y ponte este crop top si te quieres poner un crop top. Maquíllate si te quieres maquillar”. Y ha sido un juego. Yo lo siento que son como mis 15 años a los 40.
Anahí: Yo estoy ahorita mucho con el tema de la nostalgia. Hay un cambio que se llama Retro Girls que es donde sacamos aquellos outfits icónicos. Definitivamente mi momento favorito es Rebelde. Cuando me volví a poner mi uniforme, se me salieron las lágrimas.
Christopher: Yo en mi caso me fui mucho 70s porque me gusta, pero también los 80s y 60s. Y los tenis porque me gusta pensar más como atleta.
Dulce: Hace tiempo en RBD algo que estamos buscando es estar más unificados, respetando nuestra esencia y nuestro estilo. Antes nos poníamos lo que queríamos, y eso está bonito porque sí éramos nosotros, pero estábamos como que cada quien iba a una fiesta diferente. Ahorita es como respetar [lo pasado], pero cada quien a su estilo. Por ejemplo, soy mamá, estoy más grande, pero quiero dar lo mejor. Me cambié el pelo a rojo otra vez. Es como nosotros mismos abrazar esa parte, pero integrarla a quien soy ahora. No solamente es Roberta (su personaje en Rebelde). Es Dulce María con toda esa parte de Roberta, pero también todo lo que sí soy: soy una persona sensible, soy romántica, estoy casada, que tengo una bebé, que los amo, que soy familiar, que extraño a mi familia, que soy vulnerable.
Ya empezaron a sacar música nueva y sé que hay un disco que se está trabajando. Pero por más de una década, su música no estuvo en las plataformas de streaming. ¿Qué significó escucharla por primera vez en el 2020?
Christian: Creo que ese fue el detonante que empezó a rascarnos el corazoncito. Como no teníamos esa parte de la música, cuando nos informaron que iba a estar disponible y nos pidieron un video para invitar a la gente que escuchara, justo desde ahí se volvió a activar la fiebre Rebelde, en septiembre del 2020.
El mundo ha cambiado. Se habla mucho de inclusión, derechos, temas que no eran tema ni hace cinco años. ¿Cómo se siente para RBD, que siempre fue eso, al reentrar en un mundo donde estas conversaciones se normalizaron?
Maite: Es muy inspirador. Porque si bien en nuestro tiempo podíamos compartir ese tipo de mensajes, da muchísimo gusto ver cómo esta conversación se extiende, y que 20 años después sea una obligación y una responsabilidad aprender qué es lo que dices, cómo te comunicas, qué es lo que expresas y cómo se vive en este mundo.
Dulce: Y en ser tú mismo. A lo mejor estábamos un poco adelantados. Christian fue de los primeros, sino el primer latino en hablar claramente de su sexualidad. Y que ahora sea una conversación que es necesaria tener, que todos podamos ser como somos y abrazarnos y decir está bien como eres.
Mirando al fenómeno de los grupos que trascienden programas de televisión, me viene a la mente The Monkees en los 60. ¿Cómo se siente estar en tan buena compañía?
Maite: Creo que RBD también logró algo que no es tan común. Justamente, viniendo de un proyecto como tan específico, en un género tan claro como una novela juvenil, de pronto empezó a romper esquemas dentro de la industria de la música y empezó a ocupar un lugar dentro de la industria que realmente era importante. Y al principio no fue tan fácil, porque había mucho juicio alrededor de un proyecto que venía de la televisión, conformado por seis jóvenes que actuaban y cantaban. No había un reconocimiento de muchos de nuestros colegas cantantes, compositores, intérpretes, porque éramos un producto de plástico dentro de su conceptualización. Pero dentro de ese momento incluso, RBD lograba cosas únicas, y RBD lograba romper récords, y RBD lograba llegar a los corazones de la gente y lograba llevar un mensaje positivo. Lograba hacer cosas que trascendieron para que hoy, 20 años después, estemos aquí. Y aunque puede sonar soberbio, tenemos que decirlo con orgullo porque no fue fácil. RBD es algo único y hoy somos parte de la industria, y hoy hemos logrado ser el grupo no solo mexicano, sino el grupo latino más importante que ha existido. Y eso es lo que es RBD.